Se vivía más tiempo y con mayor bienestar, sin embargo existen algunas afecciones que no ponen en peligro la vida pero que ahogan de alguna manera los placeres diarios. Estas molestias tienen su origen, en gran medida, en el tipo de vida que llevamos, en el abuso de algunos bienes de consumo y en el descuido de algunas reglas naturales. ¿Cuántas de nosotras durante la jornada tenemos la imperiosa necesidad de elevar las piernas y aliviar la sensación de pesadez? ¿Cuántas de nosotras utilizamos pantys más tupidos que oculten las pequeñas venas dilatadas? La Obesidad, el abuso de café, tabaco y alcohol, el sedentarismo, el estreñimiento, el uso de ropa ajustada, tacones altos, ceras calientes, anticonceptivos... entorpecen el funcionamiento de retorno de la sangre venosa de las piernas haciendo que poco a poco se instaure el trastorno circulatorio con sensación de pesadez, calambres, picor intenso, edema o hinchazón, celulitis, varicosidades... Evitar la evolución hasta situaciones de competencia médica es ahora posible gracias al desarrollo de la estética preventiva.