La Recuperación Deportiva es la aplicación del ejercicio físico con fines terapéuticos. Es decir, que utilizando medios conocidos como la natación o los aparatos de una sala de musculación, vamos a lograr una reincorporación al deporte y a las actividades cotidianas de forma precoz, manteniendo o mejorando la forma física. Con un ejemplo será más fácil de entender: una persona con lumbalgia que practica habitualmente gimnasia de mantenimiento puede acudir a su médico deportivo para iniciar el tratamiento y a la vez incorporarse a Recuperación Deportiva, de manera que mantendrá su forma física e irá aliviando su dolencia mediante ejercicios como la bicicleta estática con respaldo de apoyo lumbar y la carrera acuática. Así evitará las molestias de la columna lumbar en la bicicleta y su propio peso al correr en agua será mínimo al no contar con la gravedad. En el proceso de recuperación deben implicarse de forma coordinada el médico deportivo, el enfermero, el fisioterapeuta y los técnicos deportivos. Por supuesto, el sujeto principal es el lesionado que debe mostrar una férrea voluntad de recuperarse, debe ser disciplinado y realizar cuanto se le indique. Cualquier paciente con patología asociada de larga evolución (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etcétera) debe ser controlado individualmente, adaptando el ejercicio a sus necesidades particulares para tratar de mejorar la evolución de su enfermedad de base. El tiempo dedicado a ésta recuperación no superará en ningún caso las 4 ó 5 horas semanales, repartidas en varias sesiones de ejercicio, para conseguir los mejores resultados posibles. A diferencia de la rehabilitación convencional, el paciente debe realizar el ejercicio activamente bajo la supervisión de los fisioterapeutas en recintos dedicados a la actividad deportiva. Es decir, que tanto en las piscinas como en las salas de ejercicio los pacientes están acompañados permanentemente por un fisioterapeuta.

• En la piscina profunda se aprovecha el medio acuático para la flexibilización y fortalecimiento de las estructuras implicadas en el proceso, al mismo tiempo que se realiza un entrenamiento global.


• En la piscina poco profunda se realiza un trabajo más analítico de equilibrio y propiocepción, adquiriendo la normalidad del movimiento progresivamente.


• En la sala de musculación se trabaja con diferentes intensidades para equilibrar las zonas debilitadas del aparato locomotor de forma más específica.

Con el equilibrio entre estos tipos de trabajo se logra el máximo grado de corrección postural, balance muscular y coordinación del movimiento. Durante el proceso de recuperación deportiva el paciente es revisado periódicamente y previa cita por medicina y fisioterapia, para garantizar el control del sujeto de acuerdo con la evolución de su patología. La individualización terapéutica de la actividad deportiva, con las modificaciones necesarias y según criterio médico, es la base de este nuevo método de tratamiento, cuyo objetivo es una correcta y progresiva reincorporación al deporte y a las actividades cotidianas.