Es una práctica constante y habitual, que para cualquier actividad que desarrollemos en la vida cotidiana, se nos requiera la aportación de nuestros datos personales. Así por ejemplo, cuando se reserva un viaje en una agencia, al abrir una cuenta corriente, al contratar un suministro (teléfono, gas, electricidad, etc.), cuando se firma un contrato de trabajo, al matricularse en un curso o actividad, cada vez que se efectúa un pago con tarjeta de crédito, etc. La lista es interminable, y hemos de ser conscientes de nuestros derechos respecto a los datos facilitados. Cualquier dato que identifique, directa o indirectamente a una persona, es un dato de carácter personal. Así por ejemplo: el nombre, los apellidos, la fecha de nacimiento, la dirección postal o de correo electrónico, el número de teléfono, el N.I.F., la matrícula del coche, la huella digital, una fotografía, el número de una cuenta bancaria, la raza, la ideología, la identidad sexual, etc. La Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, tiene por objeto garantizar el derecho fundamental a la protección de datos, y reconoce al ciudadano la facultad de controlar sus datos personales y la capacidad para disponer y decidir sobre ellos. ¿Cuántas veces, al recibir determinada publicidad postal, o a través del correo electrónico o mediante llamadas telefónicas, nos preguntamos extrañados cómo es posible que tengan nuestros datos?. La LOPD garantiza los siguientes derechos a las personas físicas titulares de los datos:

- Derecho de información: cualquier persona tiene derecho a saber, cuando se recogen sus datos, si van a ser incluidos en un fichero y si serán tratados.

- Derecho de acceso: toda persona tienen derecho a dirigirse al responsable o encargado de un fichero para conocer la totalidad de los datos personales que le afecten, a obtener una copia de los mismos así como cualquier información sobre su origen.

- Derecho de rectificación: todo ciudadano tiene derecho a dirigirse al responsable de un fichero para que rectifique sus datos personales.

- Derecho de cancelación: todo ciudadano tiene derecho a dirigirse al responsable del fichero para solicitar la cancelación de sus datos personales.

- Derecho de oposición: toda persona tiene derecho a oponerse, por un motivo legítimo y fundado referido a una situación personal concreta, a figurar en un fichero o al tratamiento de sus datos personales, siempre que una ley no disponga lo contrario. Si un ciudadano ejercita estos derechos y no recibe, a su juicio, la contestación adecuada, puede dirigirse a la Agencia Española de Protección de Datos, para solicitar la tutela de estos derechos, para lo cual se instruirá el correspondiente procedimiento.