La Asociación de Amigos de Teatros de España (AMITE), que este año celebra su 125 aniversario, entregó el pasado 12 de septiembre en Albacete su máxima distinción al actor Jesús Guzmán. El intérprete, vecino de Moratalaz, recibe así el último de una interminable lista de galardones entre los que destacan la Medalla de Plata de Correos, el Premio Arica Nativa por su labor cinematográfica recibido en Chile o el monumento que se erige en el municipio cartagenero de Pozo Estrecho homenajeando a Braulio, el cartero de la serie Crónicas de un pueblo que le lanzó a la fama.    

Precisamente en Santorcaz, municipio madrileño que sirvió de escenario de la misma, le prometieron una calle a su nombre algo que, a dia de hoy y tres alcaldes mediante, el consistorio ha incumplido.

Entrar en casa de Guzmán, supone adentrarse en un santuario del teatro donde los premios luchan en las estanterías por su propio espacio y las fotos se convierten en prueba inequívoca de la versatilidad interpretativa de un actor con múltiples registros.

Tras siete décadas trabajando, este hijo, nieto y biznieto de actor, se encuentra actualmente grabando El Dios prohibido, la que dice será su última película (algo que ya aseguró tras el rodaje, en 2010 de El gran Vázquez, en la que compartió cartel con Santiago Segura) junto a Elena Furiase entre otros compañeros de reparto. El filme se desarrolla en la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo, cuya belleza y habitantes han cautivado a Guzmán. Quién sabe si serán suficientes motivos para que se desdiga una vez más y aplace su despedida de la gran pantalla. Al tiempo.