En 1901, el Tren de Arganda comenzaba su recorrido por el sudeste de la región. Su mercancía: remolacha y azúcar, que pretendía llegar hasta Aragón, pero su trazado nunca fue finalizado. Nació así la Compañía Ferroviaria Madrid-Arganda. Su cabecera se encontraba en la estación de Niño Jesús, conocida en la actualidad por estar dotada de un hospital infantil. Su objetivo era llevar productos agrícolas a aquellas zonas por las que circulaba. Su primer tramo sólo llegaba hasta Arganda. Este tren era conocido principalmente por su lentitud y su gran movimiento cuando circulaba hacia su destino. De ahí su descripción: "El tren de Arganda,que pita más que anda". Con el paso del tiempo, el transporte de productos agrícolas se aumentó con materiales de la construcción y viajeros, que realizaban pequeños trayectos hasta donde este tren llegaba. Fue un impulso para este modesto ferrocarril, Así su trazado se prolongó llegando hasta Morata de Tajuña, con dos ramales: uno hacia Chinchón y Colmenar de Oreja y el otro hacia Alocén, fuera de los límites madrileños. El tren de Arganda dejó de cumplir años en 1953, cuando el desarrollo del automóvil y de las carreteras permitió que quedará relegado a un segundo plano. Eran tiempos de gran desarrollo para el país. En la actualidad, 28 kilómetros de su trazado entre la carretera de Vicálvaro y las canteras de El Alto, aún continúan. Sobre este camino, se levanta, un pasillo verde,que permite a los visitantes contemplar una parte de historia y además estar en contacto con la naturaleza. Uno de los tramos más cuidados en ese aspecto es el comprendido entre Morata y Perales de Tajuña, en la M- 302. Y es que este tren fue más importante para algunos de lo que nos podemos imaginar y Moratalaz cuenta con parte de ese recorrido que intentó acercar el transporte de mercancías, especialmte las más dulces, a zonas sin esa posibilidad. Un orgullo para nuestro barrio.