Para los que no lo habéis visitado aún vamos a hacer que viajéis con nosotros a través de las fotos y el mapa. ¿Estáis preparados?

Lo primero que podemos decir de la nueva zona es que te da una sensación al momento de amplitud, de que hay mucho más espacio abierto que en cualquier parte del distrito. Y es que, a diferencia del resto de la Cuña donde predominan las arboledas y un cierto tono de naturaleza descontrolada, aquí se ha pensado más en la funcionalidad en muy distintos aspectos. Pero vayamos desde el principio…



Si entramos por José Bergamín (pues también hay entrada por Fuente Carrantona y a la altura del puente de la R3/M23) nos encontramos un acceso muy parecido al del auditorio que tenemos justo al lado: una zona de parking que al acabar da paso a una lengua de tierra que va subiendo hasta la planicie donde se asienta el nuevo parque.

Lo primero que nos encontramos en la subida es una zona para niños, que se corresponde con la construcción de colores y formas que ilustra el reportaje y donde los pequeños cuentan con multitud de retos y gymkanas para hacer. Y parece gustarles porque en las tres ocasiones en las que hemos estado siempre había un buen número jugando.

Según vamos dejando la subida también vemos como se ha modulado la tierra para hacer una especie de barricada-pantalla (más baja de lo que pensaba, eso sí) que teóricamente rebajará el sonido que se proyecte fuera.

Una vez llegamos arriba da esa impresión de la que hablábamos de amplitud. Puedes ver cómo se van sucediendo las distintas pistas e intuyes a lo lejos la colina y el circuito de BMX.

La primera pista que te encuentras es la de baile, lugar donde se celebrarán las futuras Fiestas y que es posible se estrene este verano con alguna actividad acorde con el momento en el que estamos. La explanada es muy grande, posiblemente como el campo de fútbol del Urbis, y en su parte occidental cuenta con 3 enormes lonas que dan una sombra muy maja que más de uno irá a buscar. Para ser sinceros la disposición de las futuras casetas y el escenario todavía es una incógnita, pero sitio desde luego va a haber.

Se puede apreciar que todavía tanto los arbustos como los árboles que se alternan con el cemento y la tierra tienen que crecer bastante, así que la imagen de esta zona como la debió proyectar el arquitecto aún dista de al menos un par de años para empezar a ser la definitiva.

Cruzamos la pista y poco antes de llegar a las demás nos encontramos a mano derecha un pequeño circuito de skate. Remarco lo de pequeño porque puestos a hacerlo no hubiera estado de más añadirle otras rampas, otras estructuras… Pero eh, que de nada a esto hay un trecho.

Del resto de pistas las primeras que nos encontramos son las de baloncesto, dos para ser exactos. Entre ellas hay una hilera de arbolitos que imaginamos servirán de buen cobijo a los deportistas cuando quieran descansar entre partida y partida. Además, han instalado unos bancos tanto ahí como a cada lateral de las pistas. Como se puede observar, han pensado en todo.

A continuación nos topamos con la pista de futbol. Un campo normal de futbol sala que igualmente descansa sobre pavimento de cemento. El único pero que se le puede poner es que, salvando la red de las porterías, no hay ningún otro elemento, valla o construcción que frene la pelota en caso de irse fuera, por lo que los recogepelotas van a hacer bastantes piernas con los paseos que se van a tener que dar…

La última parte del parque la componen por un lado a la derecha un montículo quizá algo bajito para ser un mirador, aunque lo suficiente para poder cambiar de altura y ver la zona que hemos dejado atrás, y a la izquierda una pista de BMX.



Ésta última la verdad es que es una pasada porque si bien la pista de skate podría pecar de tibia, como ya hemos comentado, ésta sin lugar a dudas todo lo contrario y se compone de un circuito en algunos puntos hasta temerario para los novatos. Si bien habría que ver como se pone cuando llueve, la arena se moja y puede además ensuciar los caminos de pista, cuentas con un trazado enorme, de muy distintos niveles, que seguro hacen las delicias de cualquiera que vaya en bici, monopatín e incluso patinete.

Detrás ya del mirador y la pista de BMX nos encontramos un paseíto que rodea el parque por su parte Norte y Este, y que abre las vías de entrada por debajo del puente de la R3/M23 camino a las Rosas y el final de la Calle Fuente Carrantona.

La conexión al Este con el parque al otro lado de la calle Fuente Carrantona y al Oeste con el resto de la Cuña Verde hacen que el conjunto sea redondo y desde luego una experiencia completa si buscamos todo lo que podríamos querer en un parque.

Todo un acierto que enorgullece a cualquier morataleño y prácticamente el fin, a falta de saber el destino de la zona de Arroyo Belincoso, de un proyecto en el que llevamos años y años para verlo acabar.

Disfrutadlo y cuidadlo mucho vecinos, que pocos distritos en Madrid cuentan con la gran suerte de tener semejante rincón de paz, naturaleza y ocio.