Si bien ha habido durante dos semanas una buena oferta cultural y de ocio en distintos puntos del distrito, el grueso de las actividades, actuaciones, talleres, torneos, bailes y demás se produjo desde el viernes 14 de junio hasta el domingo 16, en un no parar donde se han involucrado asociaciones, vecinos, agrupaciones religiosas, equipos deportivos y por supuesto todo el trabajo de la Junta de Moratalaz. El resultado, muy satisfactorio.

Las imágenes en este caso hablan más que las palabras, por eso queremos que disfrutéis sobre todo con las fotos y no alargarnos demasiado con la crónica.

Hay que decir que la afluencia de gente ha sido una auténtica pasada, y sobre todo mucha gente joven. Los momentos de concierto llevaron al máximo el aforo y prácticamente toda la zona desde el escenario hasta el final de los toldos se llenó con gente bailando y, si se la sabían, cantando.

Casi se consigue un pleno con los artistas invitados, pero otro año más (el año pasado fueron los ya-no-bien-recibidos-en-Moratalaz Mago de Oz) falló uno de los cabezas de cartel, un grupo bien conocido en el barrio por las veces que han estado pero que por causas externas no pudieron salir a tocar este año: Spirit to All.

Los demás conciertos animaron las noches de las Fiestas hasta la madrugada y, a excepción de una panda de niñatos que la liaron y tuvo que venir la policía a detenerlos, todo ocurrió en un entorno festivo donde la gente fue a pasárselo bien y quien fue, disfrutó.

Como novedad muy llamativa de este año se instaló a modo de estructura de carpa cientos de lucecitas blancas que le daban a la zona, con los escenarios a un lado, los puestos de comida delante y detrás y el colorido y jolgorio de las atracciones que se veían al fondo, un aspecto de feria que a más de uno les recordó a las fiestas patronales de Madrid como la Paloma o San Isidro. Un acierto.

Como parte a mejorar, o al menos nuestra impresión fue esa, la acústica del escenario. Si estabas cerca se escuchaba bien pero ya a la altura de los toldos triangulares empezaba a llegar cada vez menos el sonido y a distorsionarse la música.

Siguiendo el recorrido de los sentidos, el tiempo que hizo y el airecito que de cuando en cuando corría por la Cuña Verde hizo las noches muy agradables. Por el día hizo calor, sí.

Y por acabar, el olfato y el gusto estuvieron a merced del olor y sabor de la barbacoa, las salchipapas, los litros y litros de cerveza, los dulces y lo que te quisieras meter entre pecho y espalda. Sería por casetas y por variedad.

En definitiva, las Fiestas estuvieron a la altura y todos los que fuimos lo disfrutamos mucho, así que… ¡Nos vemos el verano que viene!